La medicina hiperbárica representa un avance significativo en los tratamientos regenerativos y de rehabilitación ortopédica. En SORS, la unidad de medicina física de Traumacore en Santo Domingo, esta terapia se integra dentro de un plan clínico estructurado para pacientes con condiciones articulares, postoperatorios, infecciones óseas y enfermedades inflamatorias crónicas.
La cámara hiperbárica es un equipo médico especializado que permite respirar oxígeno al 100% bajo presión atmosférica elevada. Este proceso aumenta la disolución del oxígeno en los líquidos corporales, especialmente en el plasma sanguíneo. Como resultado, se logra una oxigenación profunda de los tejidos que mejora la regeneración celular y la respuesta inflamatoria, incluso en zonas con pobre irrigación.
El tratamiento con oxígeno hiperbárico se basa en un estado de hiperoxia inducida, la cual acelera los procesos biosintéticos y reparativos, estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis), promueve la proliferación de fibroblastos y la síntesis de colágeno. Además, modula el proceso de osteogénesis, lo que lo hace altamente efectivo en lesiones óseas, tendinosas y articulares.
Desde el punto de vista clínico, esta terapia también potencia la acción de ciertos antibióticos como los aminoglucósidos y la vancomicina, y actúa como agente bactericida directo sobre gérmenes anaerobios. Es especialmente útil en casos de osteomielitis, heridas infectadas, úlceras resistentes y enfermedades crónicas de difícil cicatrización.
Los efectos fisiológicos más destacados incluyen:
- Reducción del tiempo de cicatrización.
- Disminución del dolor y de la inflamación.
- Acción vasoconstrictora sin hipoxia, que favorece la reabsorción de edemas.
- Restauración de la capacidad fagocítica de los leucocitos.
- Inhibición de toxinas bacterianas y actividad antiagregante plaquetaria.
En traumatología y rehabilitación, se utiliza con gran éxito en el tratamiento de lesiones deportivas, recuperación postquirúrgica, artrosis, esguinces complejos y cuadros reumatológicos que requieren control inflamatorio.
El tratamiento es seguro cuando se aplica con supervisión médica, pero como toda intervención, tiene contraindicaciones. No se recomienda en pacientes con antecedentes de:
- Cirugías torácicas o por otosclerosis.
- Neumotórax espontáneo.
- Enfermedades respiratorias obstructivas severas (EPOC).
- Neuritis óptica, sinusitis aguda o infecciones virales activas.
- Trastornos convulsivos o claustrofobia severa.
En algunos casos, pueden presentarse efectos secundarios leves o moderados, como:
- Dolor de cabeza.
- Lesiones en el oído medio.
- Cambios visuales temporales (miopatía ocular).
- Fatiga, dolor articular o sensación de presión por la compresión del aire.
En SORS, cada paciente es evaluado previamente por un equipo multidisciplinario, que define el número adecuado de sesiones, su frecuencia y su integración con otras terapias como fisioterapia funcional, medicina regenerativa o rehabilitación neurológica.
La medicina hiperbárica no solo reduce el dolor: trata directamente la causa inflamatoria, acelera la reparación de tejidos y mejora la calidad de vida de pacientes con afecciones musculoesqueléticas complejas. Su uso en SORS refleja un enfoque médico moderno, funcional y basado en evidencia.
Preguntas Frecuentes
El paciente respira oxígeno puro en una cámara presurizada, lo que aumenta la concentración de oxígeno en los tejidos y favorece la reparación celular.
Lesiones musculoesqueléticas, osteomielitis, heridas de difícil cicatrización, enfermedades degenerativas, postoperatorios y algunas infecciones crónicas.
Reduce la inflamación, estimula la angiogénesis, mejora la síntesis de colágeno, potencia ciertos antibióticos y favorece la regeneración de tejidos.
Pacientes con neumotórax espontáneo, cirugías torácicas, sinusitis, infecciones respiratorias agudas, epilepsia, claustrofobia severa, entre otras.
Algunos pacientes pueden experimentar dolor de cabeza, molestias en los oídos, fatiga, dolor articular o cambios visuales temporales.
El número varía según el diagnóstico. Cada sesión dura entre 60 y 90 minutos bajo supervisión médica especializada.